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Trabajar con el amarillo para mí es entrar en el terreo de la enfermedad mental, de la melancolía, de la tristeza profunda, generar imágenes muy difíciles de congelar pero en las que me empeño.
¿Qué pretendo, entonces, con los Trasplantes de Suicidio?
La mayoría de las personas que tienen experimentado alguna vez el suicidio, posteriormente se alegraron de estar vivos. Dicen que no querían poner fin a sus vidas, tan solo deseaban evitar la pena. El suicidio aparece como la opción razonada de poner fin a un sufrimiento insoportable.
Los Trasplantes de Suicidio materializarían esta situación: muchas personas han sentido, directa o indirectamente, depresión e instinto suicida en algún período de su vida. Si tuvieran la oportunidad de acercarse a esta experiencia y visualizar el fin de su sufrimiento, se engancharían de nuevo a la vida. En este proceso es donde se materializa el trasplante.
